Corta los aguacates por la mitad, quita el hueso y saca la pulpa con una cuchara. Coloca la pulpa en un tazón mediano.
Agrega el cilantro fresco picado al tazón con el aguacate.
Exprime el jugo de limón sobre el aguacate y el cilantro. Esto no solo agrega sabor, sino que también ayuda a evitar que el aguacate se oxide y se oscurezca.
Pela y pica finamente el diente de ajo, y agrégalo al tazón.
Añade la sal y la pimienta negra al gusto. Si prefieres un toque picante, puedes agregar chiles picados en este punto.
Con un tenedor o una cuchara, aplasta y mezcla los ingredientes en el tazón hasta que la mezcla tenga la consistencia deseada. Si prefieres una textura más suave, puedes usar una licuadora para mezclar todos los ingredientes hasta obtener la textura deseada.
Prueba la salsa y ajusta los condimentos según tu preferencia.
Sirve la salsa de aguacate sobre tus bocadillos favoritos, como tacos, nachos, burritos o sándwiches.